Ensalada en frasco

Últimamente he ido a diversos eventos en los que las ensaladas están en los frascos  Mason Jars, además de verse súper chic tienes a la vista todos los ingredientes y se mantiene todo el contenido dentro evitando derrames o accidentes.
Les voy a dar una lista con ideas de diferentes opciones de ingredientes para que ustedes elijan la combinación que más les guste.
Aprovechen la variedad de colores que tienen los tomatitos Nature Sweet para que la ensalada se vea más atractiva y también al combinar muchos colores aumentamos la variedad de vitaminas y minerales que estamos consumiendo.

Escoge una opción de hoja verde:
Lechuga
Kale
Espinaca

Ponle colores vivos con verduras rayadas o en cuadritos:
Jícama
Zanahoria
Betabel
Elotes
Pepino
Jitomatitos Cherubs, Glorys, Constellation o Sunburst todos de NatureSweet.

Incluye nueces o semillas:
Nueces garapiñadas
Almendras fileteadas
Semillas de girasol
Cacahuates
Nuez de la India

Elige una fuente de proteína:
Jamón de pavo en trozos
Pollo a la parrilla
Surimi
Huevo cocido
Atún
Queso manchego, de cabra o panela en trozos.

Elige grasas saludables:
Aguacate
Aceitunas
Aceite de oliva
Aderezos

Carbohidratos:
Trigo
Quinoa
Pasta cocida
Croutones

Elige uno de cada categoría o varios, diario puedes tener una ensalada diferente y colorida.
Si vas a correr al día siguiente deja los frascos preparados desde una noche antes para tener un lunch saludable y práctico.

 

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Sin niños

Antes rezaba por un ratito sola en la tarde, poder echarme un maratón de Netflix de un fin de semana.
El sueño de toda mamá; ser libre y tener horas para nuestras cosas. Poder ir a la exposición en el zócalo porque eso de llevar chamacos ya sabemos que terminará en: «Ya me cansé», «¿Falta mucho?», «Tengo hambre», «Quiero hacer pipí», e interminables frases que nos hacen desear no haber salido del hogar ese día.
De poder ir al cine a ver una película que no tenga ni princesas, ni gallos con muchos huevos en conclusión que sean para adultos, que actúen personas y tengan una trama interesante.
De poder comer tranquilamente sin corretear o amenazar con que no va ha haber postre. Disfrutar una copa de tinto y de una sobremesa de más de dos horas.
Pues les tengo una noticia debemos de tener cuidado con lo que pedimos porque los sueños sí se convierten en realidad.
Esas añoranzas ahora con el divorcio se han convertido en una forzada realidad.
Los fines de semana que le tocan al papá soy dueña y señora de mi espacio y tiempo. Y fíjense que los extraño. Extraño a esos seres que hacen mucho ruido y se quejan que hace calor o frío dependiendo. Que se molestan entre ellos y llegan corriendo para darte un abrazo con las manos llenas de lodo. Que te arman un drama porque los mandaste a hacer la tarea y una hora después te regalan una florecita de jardín. Esos pequeños que no se cansan de ti (por lo menos mientras les llegue la adolescencia) y quieren jugar Xbox contigo aunque su misión sea salvar tu pellejo en cada enfrentamiento.
Los primeros fines de semana se sienten eternos, con un hoyo en la panza. Cuando regresan antes de que termine el domingo ese abrazo y el grito de «¡Mami!» Se siente como si por fin estuvieras completo.
Y te sientes que vuelas cuando te dicen: «Te extrañé mucho». Porque tenemos miedo de que nos borren de su mundo, que ya no nos quieran o nos echen en cara que su papá ya no está en la casa.
Cada vez esos pequeños grandes humanos están más tranquilos de irse de aquí y disfrutan mucho estar lejos de mí, eso debería doler pero la parte no egoísta de una madre desea que sean felices aún sin estar con uno.
Cada vez es más fácil organizarme un dos por uno en el cine el fin de semana. Salir con mis amigas los sábados, lo cual estaba «off limits» mientras estuve casada o tomar un curso de macramé si se me hinchara la gana.
Libertad, la añoramos y al mismo tiempo qué difícil es de manejar.
Creo que lo peor fue el fin de semana pasado que me topé con una amiga en el centro comercial y ver su cara de terror cuando le dije que iba al cine sola «¿CÓMO TU SOLAAA?» Esas tres palabras calaron mis huesos. Ya estaba por iniciar la película pero sino le hubiera dicho que en mi carrera la tarea era ir a ver películas y desde entonces lo disfruto mucho, que con tanto amigo virtual que tengo en Twitter o Facebook por más de cinco años no he comido realmente sola. Que mis lugares favoritos son cafés en aeropuertos en los que un capuchino y una revista llenan esa silla vacía del otro lado de la mesa.
No me dio tiempo pero de verdad le quise decir que no me vea con pena o sienta lástima; que siempre he disfrutado mi soledad.
Y si hay quienes le huyen.
Otros como yo tomamos la cosa con filosofía después de un fin de semana serán dos semanas enteras de tener de nuevo ruido, gritos, regaños, amenazas, carcajadas y mucho amor en la casa.

Mommyblogger

Al final de mi carrera tuve una pequeña crisis sobre cuál sería mi mejor opción laboral. En ese entonces mi novio del momento, el gato con botas (algún día les contaré el por qué del apodo), me cuestionó: «A ver Irene ¿Qué es lo que más te gusta hacer?». Realmente el hombre en cuestión me hizo reflexionar, le di mil vueltas y le contesté: «Hablar con mis amigas por teléfono».
Se imaginaran la cara de «Dios mío ayuda a esta tonta» con ojito entre abierto y su frase «Nadie te a a pagar por hablar con tus amigos».
Por supuesto que NO!!!! Pero ¿Qué tal si convirtiera a los clientes en amigos? ¿No es eso de lo que se tratan las Relaciones Públicas? Y fue así que mi primer trabajo después de graduarme fue como RRPP en una empresa de tecnología.
Estaba encargada de atender a diferentes públicos de la empresa; socios de negocios como Microsoft e Intel, medios de comunicación especializados en tecnología y el público interno. Así que decidí ser profesional y hacer amigos. Conocí pronto a los socios de negocio, a los editores de revistas especializadas y a mis compañeros de trabajo. ¡Resultó! Es más hasta la fecha sigo viendo a amigos que hice en esa empresa que por cierto ya desapareció.
Me casé y llegaron dos mini-pasiones que se llaman hijos, el plan era dedicarme al hogar y atender a mis peques pero esta cosquilla por comunicar y hacer más amigos me llevó a Twitter. Ahí pensé en un nombre que me identificara, que comunicara a los demás quien soy; una mamá que le gusta estar a la moda, relajada y chic; @mommychic1.
Y empecé a llevar mi relación pública transmitiendo el mensaje de que se puede ser mamá y no morir en el intento, ayudando a otras mamás a disfrutar su maternidad y no perderse en ella y a hacer su vida más fácil con #mommytips. Como tal no lo pensé en un inicio pero así nació y lo lógico era seguir con un blog. En eso conocí a otras mujeres con la misma inquietud de comunicar y se formó «Diarios en Tacones» lo cual me ha brindado la oportunidad de regresar a esta pasión que es escribir, hablar con amigas y ahora con el plus de dar a conocer mis mommytips a más mujeres y entablar relaciones con marcas, asistir a eventos de moda como la gala Nextel o el Mercedes Fashion Week México, ir al refrigerador más grande de Latinoamérica (el Centro de Distribución de Walmart), ser parte del Stream Team de Netflix y poder hablar de mi adicción a las series y películas, o estar en una mesa redonda dando consejos sobre finanzas para mamás, todo esto junto a mis amigas del blog y conociendo a nuevas, al mismo tiempo que escribo para otras mamás que como yo están buscando un dato que les haga la maternidad más relajada.
Esta actividad me ha permitido compartir también con mis hijos experiencias padrísimas como el lanzamiento de la serie Dragones de Netflix o una guía privada en el museo de Memoria y Tolerancia o en el del Papalote. Todos aprendemos juntos.
Ser mamá bloggera es mi pasión pues incluye conocer nuevas personas y escribir sobre lo que más me gusta que es educar y ver crecer a dos seres maravillosos que me escogieron como mamá.

Seguridad, Gratitud y Perdón.

Sabes que estás en paz cuando puedes dormir tranquilo, sin angustias, sin ansiedades.

Últimamente he estado tomándoles fotos a mis hijos dormidos. Me encanta su paz. Su tranquilidad al dormir, puedo verlos así toda la noche.

Mi hija duerme con peluches, los abraza, su favorito es un perro pastor alemán, pero me pregunto: ¿necesitará sentirse protegida?
Mi hijo pone en su buró a su elfo mágico y me pregunto lo mismo: ¿Necesitarán un refuerzo en la noche; algo en el que ellos depositen sus miedos?

¿Qué podemos hacer como padres para que conserven esa paz que tienen los hijos?
Lo que he leído y aplicado son 3 cosas:
1. Mostrarse como un padre seguro.

Somos su ejemplo y su pilar. Esa seguridad se les transmite a veces sin decirlo con palabras. Ellos lo saben. Un padre fuerte que sabe lo que hace les da estabilidad.

2. Gratitud.

Recordarles lo afortunados que son. Es cierto que los niños y más los pre-adolescentes se sienten que si no están con el último gadget no pertenecen a su grupo de amigos, las niñas si no estrenan outfit cada fiesta están «out» es por eso que hay que recordarles que tienen todo; escuela, techo, comida, familia, amor, amigos y enséñenles a dar gracias por eso mismo.
Les recomiendo un documental mexicano «Los Herederos» (lo encuentran en YouTube) sobre el trabajo infantil en México; yo llevé a mi hijo a ver el documental a los 7 años y entendió perfectamente la fortuna de poder ir a la escuela y hasta de tener tiempo para jugar.

3. Perdonar.
Creo que este punto es el más importante. Debemos aprender a soltar rencores, apegos y personas.
En algún lugar me dijeron que eso de no desprenderse viene desde que somos bebés. Ya saben que hay una etapa en la que los niños toman algo y lo tiran, uno lo levanta y se lo vuelve a dar al pequeño; acto seguido el bebé lo vuelve a tirar y se repite la historia cien o mil veces más y ¿cómo reaccionamos los adultos? Exclamando al borde de la historia: «No lo sueltes», «Agárralo fuerte» y es así como comienza nuestra historia con los apegos.
Enseñar a los hijos a soltar es con paciencia, respeto, cariño y comunicación. Se vale estar triste, que duela pero el sufrimiento si es opcional. Y el perdón libera al que lo otorga no al que daña.
Cada uno como padre tenemos instintivamente estas enseñanzas, pongamos un poquito más de atención a nuestras acciones que son las que al final los hijos terminan aprendiendo.
Les deseo Paz.

Cambio bailando

Cuando estaba planeando mi boda la organizadora me dijo algo que me hizo mucho click: «Si quieres que en tu boda la gente se levante a bailar tienes que poner el ejemplo; los invitados se van a levantar e irán a la pista para felicitarte y se van a poner a bailar» y sí, así fue no dejamos de bailar hasta las 5:30 de la madrugada.
Y esto pasándolo a la vida normal es tan cierto, quieres una vida más alegre, baila; llueve, mójate; hace viento, saca el papalote; hay que fluir, disfrutar el presente, celebrar y estar en movimiento.
Lo único que permanece es el cambio, bastante irónico ¿verdad? Quien está rígido, aferrado, buscando todo lo que le evite fracasar o ser infeliz se está perdiendo lo más lindo de la vida que es vivir.
El fin pasado fui a ver la película «Héctor y la búsqueda de la felicidad» y eso es lo que este personaje, en su investigación de lo que hace a otros felices, encuentra; vivir, moverse, crecer como persona, ayudar a otros, ¡bailar!
Todos tenemos días malos y otros peores. Pero en cuanto puedan hagan como yo con mis hijos, ponemos un juguete que brilla con luces de diferentes colores, apagamos luces, prendemos el iPod con nuestras canciones favoritas y nos subimos a la cama a bailar, saltamos, damos marometas y cantamos a todo pulmón.
Tal cual esa wedding planner me lo dijo aquel día, baila y la gente se contagiará. No se esperen a que llegue una gran celebración hagan de un día común un pretexto para celebrar.
¡Vamos a bailar!

Foto: Emery Co Photo