Parece que todas somos nuestras peores enemigas. Generalmente estamos criticándonos a nosotras mismas, que si el cabello, que si la lonja, que si no podemos; nos comparamos con modelos o actrices en revistas.
Nos fijamos metas inalcanzables y al no cumplirlas caemos en un círculo vicioso infinito.
¿Qué tal si nos habláramos como si nos quisiéramos, como si fuéramos nuestra mejor amiga?
¿Qué tal si nos concentráramos en nuestras fortalezas?
¿Qué tal si empezamos por encontrar lo que nos define? Así cómo lo hizo la llamada «mujer más fea del mundo», su mejor venganza para todos aquellos quienes la llamaron así fue florecer y prosperar.
Para mí esta es una mujer maravilla y una gran lección de amor hacia una misma.
¡Qué mujer más inteligente!
Si Martina. Sorprendente!!!