«Estoy sola, completa y totalmente sola. Puede parecer raro pero no me siento triste; al contrario, quisiera brincar, saltar, bailar, gritar y, es más, puedo hacerlo porque no hay nadie que me diga qué puedo o no puedo hacer.
Yo soy la que decido. Yo tengo el poder de dirigirme hacia donde me parezca más adecuado y conveniente.
Tengo dos caminos me enojo o soy feliz, y prefiero mil veces ser feliz.
No tengo nada ni a nadie.
Me tengo a mí misma y me basta.
Me he recobrado. Ya nadie tiene mi seguridad, nadie posee mi valor, nadie me dice cuánto valgo o si no valgo. Yo me valoro, me siento fuerte y salgo a luchar, a buscar mi felicidad y mi destino.
No necesito de nadie que me diga en cartas, en el café o en las líneas de mis manos lo que voy a obtener; si tendré éxito o cómo será el hombre de mi vida… Tengo la plena confianza de que tendré todo el éxito que merezco, que voy a triunfar y de que el hombre con el que comparta el resto de mi vida será el mejor.
No tengo miedo, todo vendrá en el camino.
Por fin estoy tranquila y siento este deseo enorme de crecer y aprender.
Hoy es el primer día del resto de mi vida. Estoy en paz, feliz, segura y confiada de que sucederá lo mejor hoy, mañana y siempre.»
11 de abril del 2000.»
13 años después, encontré esto que escribí. Aunque en este tiempo he caído, cometido errores, llorado y pensado que no puedo más, hoy les digo que sigo convencida de que lo bueno vendrá, aunque me falta aún mucho por aprender y crecer, no sólo por mí, sino por los dos pequeños que me ven como su pilar y modelo a seguir.
Hace 13 años era una opción. Hoy es el único camino, ser ejemplo y al mismo tiempo motor para que ellos siempre se sientan seguros, felices y amados.
Hoy no estoy sola, tengo muchos éxitos pequeños cada día y el futuro promete, y promete bien. La meta se extiende cada día y, eso sí, que quede claro ¡Soy feliz!
¿Cómo dice el dicho? El amor y el dinero no se pueden ocultar. La felicidad tampoco. Así que: felicidades 😀
Gracias!!!! Un besos Mala Madre 😉